Catalina – MIT, Sloan Fellows Program 2018
El primer mensaje que recibí de Alejandra luego de tener mi cita de diagnóstico, contenía la siguiente frase que se quedó conmigo durante todo el proceso: “¡Siempre recuerda que cuentas conmigo y que a partir de ahora, tu proyecto es de las dos!”. Aunque en ese momento no logré dimensionar lo mucho que esas palabras iban a significar; hoy, después de dos años de arduo trabajo, puedo decir que cada una de esas palabras se cumplió y que ellas son la expresión más sincera de lo que es trabajar junto a Alejandra.
Durante el duro y largo proceso que es aplicar para un MBA nunca me sentí sola. Alejandra estuvo siempre ahí para aconsejarme, apoyarme e incluso aterrizarme. Buscó alternativas conmigo en mis momentos de duda y el hecho de saber que ella confiaba en que este sueño era posible, fue lo que no me dejó desfallecer cuando pensé que ya no podía más.
Es su profundo conocimiento en las Universidades y programas, así como la facilidad para reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno de los que trabajamos con ella, lo que permite que hoy pueda cumplir mi sueño de hacer un MBA en el programa que hace “perfect match” con lo que soy y lo que quiero ser.
Además, el compromiso, amor y pasión de Alejandra por lo que hace es digno de admiración, pues para ella este no es simplemente un trabajo; es la forma de contribuir al desarrollo de un mejor país a través de la formación de mejores profesionales y sobre todo personas. Por eso, el proceso de cada uno de sus estudiantes se convierte en su propio proceso y esto implica de igual esfuerzo y dedicación para trabajar junto a ella. Es esa suma de ganas y esfuerzo, tanto de ella como nuestras, lo que permite que todos sus estudiantes hayamos sido admitidos en las mejores Universidades del mundo.
Gracias Aleja por tanto. Sin ti no hubiera sido posible. Ocupas un gran lugar en mi corazón.